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sábado, 18 de febrero de 2012

LOS TRASTORNOS NERVIOSOS Y MENTALES CON CARACTER RELIGIOSO (5)

D) NEUROSIS Y DELIRIOS DE CONTRASTE
"Las ideas de constraste, dice el doctor Fay, son casi siempre religiosas y tienen de particular el hecho que están en contradicción completa con las ideas normales del sujeto. Si quiere rezar, le viene la idea de blasfemar; si quiere conservar la puridad absoluta, está invadido por pensamientos e imágenes contrarias a esa virtud. He visto así a una joven de vida purísima, trastornada constantemente por la idea de que sus miradas pudieran ser la fuente de pensamientos impuros; sus oraciones eran molestadas por ideas parasitarias impuras, a tal punto que ya no se atrevía a rezar. Es evidente que esas ideas de contraste tienen su nacimiento en la asociación de las ideas, que en el sujeto de automatismo psíquico nervioso, provoca la aparición de la idea contraria a la que se busca. Se puede comparar a las ideas de contraste, la debilidad de ciertos espíritus que ha hecho decir a muchos alienistas demasiado parciales, que las ideas religiosas y eróticas parecen nacer de un mismo centro. No es así. En cambio, la verdad es que las almas piadosas, que tienen un horror natural por todo lo que alteraría la santa virtud de la castidad, son las más aptas para que en ellas brote la idea de contraste".

El doctor Pezet, en su tesis sobre La Demonomanía, escribe por su parte: "A veces está en completa oposición con las inclinaciones normales del enfermo, que el delirio tome la dirección demonomaniática: son los casos paradojales señalados por la historia y de los que dió Hyvert un ejemplo típico en su tesis inaugural. El ateo evoluciona hacia el deísmo y aun hacia la idea de persecución diabólica".

El doctor Verga cita la observación de un sacerdote respetable a quien atendiera, y que gritaba a voz en cuello: "¡Malditos Dios, la Virgen y los Santos!". Una señorita de 45 años, muy piadosa, que se tornó melancólica con tendencia al suicidio, tenía una repulsión tal contra la religión que temblaba convulsivamente cuando se le hablaba de la Iglesia y de las prácticas religiosas. Emitía entonces gritos terribles, maldecía a su antigua fe, injuriaba a los curas, los dogmas y la divinidad y expresaba todo su odio contra la religión.
De todos modos, estas observaciones de contraste tienen una gran importancia desde el punto de vista religioso. Explican torturas de conciencia, provocadas por ideas obsesionantes cuyo origen no está en las malas disposiciones o en las tendencias viciosas, sino en una tensión morbosa del espíritu y en una defectuosa disciplina mental. En lugar de pensar en el bien que se debe realizar, en la verdad que se debe alcanzar, se hipnotiza la mente sobre el pecado que, debe evitarse y el error que debe combatirse; en lugar de ahogar la idea obsedente en el conjunto y en la magnificencia de la vida religiosa, se le consagra toda la atención; en lugar de reconocer su carácter morboso y tener confianza en Dios, en el confesor y en el médico, se trata de ser dueños del propio pensamiento.
Por otra parte, el conocimiento de estas neurosis y de los delirios de contraste permite apreciar en su justo valor las seudo-conversiones y las apostasías, y manifestaciones más o menos religiosas, antirreligiosas o ateas, que se da el caso de tratar y que sorprenden por su naturaleza paradoja!
Dr. Henri Bon
MEDICINA CATOLICA

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