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martes, 7 de mayo de 2013

EL GRAN ORIENTE DE LA MASONERIA SIN MASCARA (III)

Por Mons. George F. Dillon

IV.- LA FRANCMASONERIA
     La Francmasoneria, debemos recordar siempre, en general apareció, y en general también se expandió, siguiendo los mismos objetivos que Voltaire, cuando mejor convino a sus propósitos. La primera logia establecida en Francia bajo obediencia inglesia se fundó en 1727. Su fundador y principal maestro fue el celebrado jacobita lord Derwentwater. Tuvo aceptación casi inmediata entre la. degenerada nobleza de Francia, la cual en parte debido a la influencia de los nobles jacobitas de Inglaterra y Escocia, en parte debido a la novedad, fuertes juramentos, y misterio, se unieron a la extraña institución. Sus logias pronto existieron en todas las ciudades de alguna importancia del reino. Los filósofos y varias de las escuelas de pensamiento ateas, sin embargo, fueron los primeros en formar parte de la institución y de extenderla. Para ellos, ésta tenía atracciones y usos especiales, que no tardaron en apreciar y emplear.
     Ahora bien, aunque poco nos importa a nosotros saber mucho acerca del origen de esta sociedad, que, ha sido desde entonces tristemente famosa en el mundo, sin embargo, como tal origen arroja alguna luz sobre su historia posterior, no será tiempo perdido echar una mirada a lo que se conoce, o se supone conocer, acerca de ella. Monseñor Segur, obispo de Grenoble, quien empleó mucho de su tiempo en el estudio de la francmasonería, está persuadido de que ésta fue primero elaborada por Faustus Socinus, el sobrino del asimismo celebrado Laelius Socinus, el Heresiarca y fundador de de la secta de los unitarios, o, como se los llama generalmente en su honor, socinianos. Ambos eran de la antigua familia de los Sozini de Siena. Faustus, como muchos de sus parientes, absorbió los errores su tío y, con el objeto de escapar de la Inquisión, a la cual tanto Italia como España debieron mucha de la tranquilidad de que gozaron en tan difíciles tiempos, se escapó a Francia. Mientras se hallaba en ese país, en Lyon; y contando apenas veinte años, supo de la muerte de su tío en Zurich, y fue inmediatamente a aquella ciudad para obtener los papeles y efectos del muerto. Por los papeles supo que Laelius había asistido a una reunión de herejes en Vicenza, en 1547, en la cual la destrucción de la cristiandad había sido decidida, y donde se adoptaron resoluciones para la renovación del arrianismo, un sistema de falsa doctrina calculado para socavar los cimientos de la fe por medio del ataque a la trinidad y a la encarnación.

     Feller, una autoridad de considerable peso, refiriéndose a esta reunión dice: "En la asamblea de Vicenza se pusieron de acuerdo sobre los medios de destruir la religión de Jesucristo, por medio de la formación de una sociedad que, por sus progresivos éxitos dio como resultado, hacia el fin del siglo XVIII, casi una apostasía general. Cuando la República de Venecia fue informada de esta conspiración, apresó a Julián Trevisano y Francis de Rugo y los estranguló. Ochinus y los otros, se salvaron. Así dispersa la sociedad se volvió aún más peligrosa, y es ésta la que hoy conocemos como Francmasonería".    .
     Para esta información Feller nos refiere a un trabajo titulado Le voile levé (El velo alzado), por el abate Le Franc, una víctima del reino del terror en 1792. Este último nos dice que los conspiradores, que fueron dispersos por la severidad de la República de Venecia, y que eran Ochinus, Laelius Socinus, Peruta, Gentilis, Jacques Chiari, Francis Lenoi; Darius Socinus, Alicas y el abate Leonard, llevaron su veneno con ellos, e hicieron al veneno dar frutos de muerte en todos lados en Europa. El éxito de Faustus Socinus en extender las teorías, de su tío fue enorme. Su objetivo era no sólo destruir la Iglesia sino levantar otro templo dentro del cual cualquier enemigo de la ortodoxia pudiera entrar libremente. En este templo cualquier creencia heterodoxa se podia sosrener. Se lo llamaba cristiano, pero no tenia ni la fe cristiana, ni la esperanza,, ni el amor. Era simplemente un sistema planeado astutamente para propagar las ideas de sus fundadores; porque una parte fundamental de la politica de Socinus, y una en la cual instruyó muy bien a sus discipulos, fue formada en bien al unitarismo o a la confederación formada en Vicenza: los ricos, los instruidos, los poderosos y los influyentes del mundo. Fingió él una estima idéntica por los trinitarios y por los antitrinitarios, por los luteranos y por los calvinistas. Elogio las empresas de todos ellos contra la Iglesia de Roma, y trabajando sobre el intenso odio que guardaban hacia el catolicismo, hizo que ellos se olvidaran de sus diversos "ismos" con el objeto de unirlos para la destrucción del enemigo común. Cuando se hubiera logrado esto, llegaria el tiempo de considerar un sistema agradable para todos. Hasta que ese tiempo llegara, la unidad en la accion inspirada en el odio a la iglesia deberia reinar entre ellos.
     Por lo tanto quiso que todos sus adherentes se trataran los unos, a los otros de hermanos;  y desde entonces sus discipulos se han llamado en diferentes epocas "Hermanos Unidos", "Hermanos Polacos", "Hermanos Moravios", "Hermanos Masones", y finalmente "Francmasones". Monseñor Segur nos informa, basado en las autoridades ya mencionadas, asi como en la autoridad de Bergier y, en la del erudito autor de un trabajo titulado Les Franc Macons Ecrases, el abate Lerudan, impreso en Amsterdam en el año 1747, que el verdadero secreto de la francmasoneria consistia, aun en esa época, en la no creencia en la divinidad de Cristo, y en una determinación de reemplazar esta doctrina que es el verdadero fundamento del cristianismo, por el naturalismo o el racionalismo. Una vez que Socinus estableció su secta en Polonia envio emisarios a predicar sus doctrinas. Secretamente en Alemania, Holanda e Inglaterra. En Alemania, los protestantes y los católicos se unieron para desenmascararlos. En Holanda se mezclaron con los anabtistas, y en Inglaterra encontraron partidarios entre los independientes, y varias otras sectas entre las cuales el pueblo se hallaba dividido.
     El abate Lefranc cree (Le Viole Leve, Lyons 1821) que Oliver Cromwell era un sociniano, y que introdujo la francmasoneria en Inglaterra. Ciertamente, las simpatias de Cromwell no estaban del lado dela Iglesia favorecida por el monarca qua el suplantó, sino del lado de los independientes. Si fue un sociniano, Podemos entender fácilmente por que la sociedad secreta de Vicenza pudo ser atractiva para uno de sus anticatólicos y ambiciosos sentimientos; Dio el a los miembros de Inglaterra, según nos lo dice menseñor Segur, el título de francmasones, é invento la alegoria del templo de Salon, tan usada ahora por toda clase de masoneria, y que significa que el estado original del hombre se supone que sea una comunidad en igualdad con vago deismo por religion; este templo, destruido por Cristo para estableter el Orden cristiano, debia ser restaurado por la masoneria luego que Cristo y el orden cristiano fuera obliterado por la conspiración y la revoludión. El estado de la Naturaleza era el "Hiram" cuyo asesinato la masoneria debia vengar; y la cual, despues de remover a Cristo, iba a resucitar el "Hiram" por medio de la reconstrucción del templo de la Naturaleza tal como habia sido antes.
     Monseñor Segur, aun más, conecta la moderna francmasoneria con los judios y los templarios, como así con Socinus. Hay razones que me llevan a pensar que tiene razón. Los judios durante muchos siglos previos a la Reforma habian formado sociedades secretas para su propia protección y para la destrucción del cristianismo que los perseguia, y que tanto odiaba.
     La reconstrucción del  Templo de Salon era el sueño de sus vidas. Es incuestionable que deseaban ellos hacer causa común con otros grupos religiosos perseguidos. Tenia razones especiales para dar 1a bienvenida con regocijo a los herejes que eran arrojados del catolicismo. Es por tanto, no del todo improbable el que ellos admitieran cónclaves secretos a tal vez algunos de los descontentos templarios, que hervian con el deseo de venganza contra aquellos que desposeyeron y suprimieron la orden.
     Ese hecho explicaria la curiosa combinación de alusiones judias y conventuales que se encuentran en la moderna masoneria 
     Gougenot des Mousseaux, en su trabajo Le juif, le judaisme et judaisation des Peuples Chretiens (Judio, el judaismo y 1a judaización de los Pueblos cristianos, Paris, 1869) ha reunido un gran número de indicaciones acerca de las relaciones de los altos jefes de la masonería con el judaísmo. Sus conclusiones son: "La Masonería, esa inmensa asociación de la cual sus pocos iniciados, es decir los verdaderos jefes, que no debemos confundir con los jefes nominales, viven en una estricta e íntima alianza con los miembros militantes del judaísmo, príncipes y militantes de la alta cábala. Porque la élite de la orden —esos verdaderos jefes- que tan pocos de los iniciados conocen, o a los cuales sólo conocen bajo un nom de guerre están empleados en la conveniente y secreta dependencia de los israelitas cabalísticos. Y este fenómeno se lleva a cabo gracias a los hábitos de rigurosa discreción a los cuales se comprometen por medio de juramentos y terribles amenazas; gracias también a la mayoría de miembro, judíos que la misteriosa constitución de la Masonería sienta en sus Consejos soberanos."
     M. Crétineau-Joly nos da cuenta de la correspondencia entre Nubius y un opulento judío alemán que le daba dinero a propósito de sus oscuras intrigas contra el Papado.
     La conexión judía con la masonería moderna es un hecho establecido manifestado en todas partes en su historia. Las fórmulas judías empleadas por la Masonería, las tradiciones judías que se emplean en su ceremonial, indican un origen judío, o el trabajo de contribuidores judíos.
     Es fácil concebir como tal sociedad puede sentir necesario protegerse del Cristianismo en el poder. También es fácil entender como el fin más querido de sus vidas sea la reconstrucción del Templo. Quién sabe si detrás del ateísmo y deseo de ganancias que los impulsa a urgir a los cristianos a perseguir y destruir la Iglesia, no yace una esperanza secreta de reconstruir el templo, y si en las más oscuras profundidades del complot de la sociedad secreta no se esconde una sociedad más profunda aunque tiene las miras puestas en la devolución de la tierra de Judá y en la reconstrucción del Templo de Jerusalén.
     Uno de los trabajos que hará el Anticristo, se dice, es reunir a los judíos, y proclamarse como su por tanto tiempo esperado Mesías.
     Como se cree generalmente ahora, este provendrá de la Masoneria y pertenecerá a ella; y esto no es improbable, porque en ella él encontrará a los judíos como los más inveterados enemigos del cristianismo, los más profundos conspiradores y los más adecuados para establecer su reino. 


     Luego, en cuanto a su historia británica, hemos visto que muchos de los de la secreta hermandad de Socinus llegaron a Inglaterra y Escocia, donde encontraron ricos amigos, y, tal vez, confederados. Por lo tanto, no tengo dudas de que el abate Lefranc está en lo cierto cuando dice que Cromwell estaba conectado con ellos. Por lo menos, antes de que tuviera éxito en sus designios, tuvo necesidad de alguna sociedad secreta como ésa, y estaría muy contento de poder usarla para sus propósitos. Pero no es tan claro que Cromwell haya sido el primero, como piensa Lefranc, en mezclar esa hermandad con los francmasones.
     La antigua corporación de los albañiles obreros habia existido en Gran Bretaña y Europa desde varios siglos previos a esta época. Era una corporación como tantas a las que pertenecían los artesanos —un cuerpo formado para protección mutua y cuestiones de comercio—. Pero ellos diferían de otros trabajadores en que eran más cosmopolitas, y conocían más acerca de las ceremonias de la religión en un periodo en que el arte de leer y escribir no estaba muy extendido. Viajaron por todas partes de Inglaterra y Escocia, y frecuentemente cruzaron al continente para trabajar en las innumerables casas religiosas, castillos, fortificaciones, grandes abadías, iglesias y catedrales que se habían levantado en el mundo Cristiano en gran numero y esplendor en La Edad Media y en las épocas siguientes. Para evitar a los entrometidos, para mantener precios uniformes, para ser reconocidos en medio de extraños, y, sobre todo, para distinguirse de los extraños a su profesión, eran necesarios signos y estos signos podían ser de valor solamente en proporción al secreto en que se mantuvieran dentro de la misma corporación. Tenían signos para aquellos que aceptaban como novicios, para el albañil acompañante o compañero de viaje, y para los maestros del oficio. En épocas en que un oficio era transmitido de padres a hijos y en que éste formaba una especie de herencia familiar, podemos bien imaginar que los secretos eran guardados celosamente y que los miembros eran juramentados para no comunicárselos a nadie, ni aún a sus esposas, por temor a que pudieran llegar a ser conocidos por extraños.
     Los albañiles eran, si exceptuarnos a los relojeros y a los joyeros, los artesanos más especializados de Europa. Con la inteligencia de sus manos ellos sabían cómo hacer que la ordinaria piedra mostrara las grandes concepciones de los arquitectos de la Edad Media; y a menudo, el delicado follaje y las flores y la estatuaria de sus construcciones nos recuerdan, la más perfecta época de la escultura griega y romana. Al estar tan estrechamente conectados con la religión y la arquitectura religiosa, estos "Hermanos Masones" (albañiles), "friars", "fra" o "free masons" (francmasones) estuvieron en gran manera favorecidos por los Papas. Obtuvieron muchas y valiosas prebendas. Pero se degeneraron. La era de la asi llamada reforma fue una triste epoca para ellos. Fue una epoca de demolición de Iglesias antes que de construcción. Donde cayó la destrucción protestante, la belleza y señorio de la arquitectura eclesiástica se achicó, se degradó, se detuvo en su crecimiento y se arruinó, cuando no fue completamente destruida. La necesidad de Hermanos Masones para las construcciones habia pasado y los masones posteriores admitieron en su corporación a hombres que se ganaban la vida de otra manera que con la profesión. En Alemania la confraternidad se habia convertido en un mascarón detrás del cual estaban los reformistas, y Socinus, viendola como un medio para el avance de su secta —un metodo para ganar adeptos y progresar silenciosamente sin despertar las sospechas del gobiemo católico- iba sin duda a desear usarla para sus propósitos. Se posee en la actualidad el estatuto de los genuinos francmasones de Estraburgo compuesto en 1462, y el mismo revisado en 1563, pero en ellos no hay traza de hostilidad hacia la Iglesia. Pero existe un curioso documento llamado la Carta de Colonia fechado en 1535, que si es genuino, nos probaria que existia ya en esa epoca un cuerpo de francmasones con principios identicos a los masones de nuestros dias. Se lo puede encontrar en los archivos de la Logia Madre de Amsterdam, donde tambien se conserva el acta de su propia constitucion en el año 1519. Se revela aqui la existencia de logias de similares intenciones en Londres, Edimburgo Viena, Amsterdam, Paris, Lyon, Francfort, Hamburgo, Bélgica del Norte, Roterdam, Madrid, Venecia, Goriz, Koenigsberg, Bruselas, Danzig, Magdeburgo, Bremen y Colonia. Y lleva las firmas de conocidos enemigos de la Iglesia de esa epoca, como Hermanus o Herman de Weir, el inmortal y herédico arzobispo elector de Colonia, repudiado por el Imperio a causa de sus malas acciones; De Coligny, lider de los hugonotes de Francia; Jacob D'Anville, prior de los Agustinos de Colonia, quien incurrió en las mismas faltas que el arzobispo Herman; Melancthon, el Reformista; Nicholas Van Noot, Carlton, Bruce, Upson, Banning, Vireaux, Schroeder, Hoffman, Nobel, De 1a Torre, Doria, Uttengow, Falck, Huissen, Wormer. Estos nombres revelan al mismo tiempo el pais y la celebridad de todos los hombres que firmaron el documento. Fue, probablemente, una sociedad como la de ellos la que el gobierno de Venecia deshizo y causó que sus miembros se desperdigaran en 1547, porque encontramos una mención bien definida de una logia existente en 1535.
     Sea como fuere, las logias francmasonas existian en Escocia desde el tiempo de la Reforma. Se hace referencia a una de ellas en la Carta de Colonia, y sin duda tenia muchas filiales. En Escocia, como en otros paises católicos, los templarios fueron suprimidos; y alli, de todos los lugares, esa Orden tuvo a las corporaciones de los trabajadores albañiles bajo su especial protección. Es por lo tanto posible, como algunos dicen, que los caballeros entraran en coalicion con estos Masones (albañiles) y protegieran sus propias maquinaciones con la ayuda de los secretos de la corporación. Pero mientras esto y todo lo dicho con respecto a las conexiones de los Templarios con la Masoneria puede ser verdad, no hay real evidencia de que lo sea. Mucho se dice acerca de la construcción del Templo de Salomón y que el Hiram muerto, (y la muerte de quien la corporación debe vengar), no es sino James Molay, el Gran Maestre, ejecutado de la manera bárbara de su época por supuesta complicidad en los crimenes de los cuales se acusaba en todas partes a los templarios. Hay mucha charla acerca de tales cosas en la moderna masoneria y gran parte del absurdo y pueril ritual con que la secta se regocija cuando se está en conferencia en los grados más altos, se supone que se refiere a los templarios. Pero la francmasoneria con la cual nosotros tenemos que lidiar de cualquier manera que haya estado conectada con los templarios en su origen, o con Socinus, o con los conspiradores de Colonia, o los de Vicenza, o con Cromwell, recibió su modernas caracteristicas de Elias Ashmole, el Anticuario, y el provedor, si no el fundador, del Museo de Oxford. Ashmole fue un alquimista y astrologo, e imbuido; por lo tanto, del gusto por la jerga y el misticismo de tan extrañas actividades tan interesadas en la piedra filosofal y otras utopias. Las logias de los francmasones existentes en la época tenian un inexpresable encanto para Ashmole y en 1646 él, junto con el coronel Mainwaring, se hicieron miembros de la francmasoneria.
     Ashmole la perfeccio, agregó varios simbolos misticos a aquellos ya en uso y le dio una forma a la jerga, y a las ceremonias, que en parte recordaba a las Escrituras, y en parte a los ritos egipcios. La Rosecroix apareció entonces una sociedad formada siguiendo la idea de Becón de la Nueva Atlántida; y los distintos grados de compañero maestre, maestre secreto, maestre perfecto, electo y maestre irlandés, fueron o remodeladas o formadas de nuevo tal como los conocemos hoy en día.
     Carlos I (De Inglaterra) fue decapitado en 1649 (Carlos 1 fue decapitado debido principalmente a que los partidiarios de Cronwell se apoderaron de él. Probablemente hubiera llegado a un acuerdo con los parlamentarios. N. del T.), y como Ashmole era un realista de alma, pronto hizo que la masoneria inglesa se tornará  contra Cromwell y su partido usandola para hacer vacilar al gobierno del Protector y permitir la vuelta de los Estuardo. Ahora "Hiram" (Aquel cuya muerte hay que vengar) era el asesinado Carlos I, que sería vengado en lugar de James Molay, y la reconstrucción del Templo se simbolizaría con la restauración de la Casa de los Estuardo. Cuando Carlos II estuvo en el poder la sociedad no fue, por cierto; tratada desfavorablemente; y cuando los desaciertos de James II lo alejaron del trono, los partidarios de la Casa de los Estuardo recurrieron a la sociedad como un medio de organización secreta contra el enemigo.
     Con el objeto de hacer retornar al pretendiente, los jacobitas (Los jacobitas eran los partidarios de James II (Jacobo II), y adquirieron tal nombre después de la revolución de 1689. Eran partidarios de la casa de los Estuardo. N. del T.), formaron un organización escocesa, una inglesa y una irlandesa. La organización inglesa comprendía la Logia Madre de York y la de Londres, que más tarde se separó de la de York y con renovados bríos empezó su existencia como la Gran Logia de Londres en 1717. Los nobles jacobitas la llevaron a Francia principalmente para ayudar a sus esfuerzos en favor de los Estuardo. En 1721 fundaron en Dunkerke una logia llamado "Amistad y Fraternidad" y en 1725 Lord Derwentwater fundó la famosa Logia Madre en París. La masonería pronto se expandió a Holanda (1730)a Alemania (1736), a Irlanda en 1729 y posteriormente a Italia, España y Europa en general. Todas estas logias fueron colocadas bajo la Gran Logia de Inglaterra y lo siguieron estando por muchos años.
     Menciono estos hechos y fechas con el objeto de mostrar que precisamente en el período en que la masonería se extendía en el extranjero, la Infidelidad, que había sido abiertamente introducida por Bayle y favorecida por Voltaire, se diseminaba grandemente entre la corrupta nobleza de Francia y de Europa en general.
     Este fue, como ya hemos visto, un período de universal licencia en las costumbres de los grandes de todos los países y los miembros de la Gran Logia en Inglaterra eran generalmente hombres de fácil virtud cuyo ejemplo era agradable a los libertinos del Continente.
     Voltaire halló que la masonería a la cual habia estado afiliado en Londres era un medio de importancia capital para difundir sus ideas entre los cortesanos, los hombres de letras y el público, francés. Era, como él mismo, la encarnacn de la hipocresía y la mentira. Venía recomendada por una apariencia de filantropía y religión; Ashmole le había dado la Biblia libre junto con la escuadra y el compas; ponia al mundo por testigo de que creía en Dios, «el gran Arquitecto del Universo"; tenía un "ojo alerta", que puede ser tomado como la providencia de Dios, que todo lo ve, o como el ojo que vigile al masón juramentado al que le es imposible escapar a su destino sí revelare los secretos de la sociedad, o fallara en obedecer las órdenes que se le había encargado llevar a cebo; hacía que los miembros se reconocieran unos a otros, tal como hacía la antigua corporación, en todos los países, y aseguraba hacerse cargo de los huérfanos y viudas de los hermanos muertos que no hubieren dejado medios.
     Pero, en sus cónclaves secretos y en sus grados superiores, tenía medios de decirle a la víctima con la cual podía contar, que el Arquitecto significaba un circulo, una nada; que la biblia libre era el universo; y que la escuadra y el compás era simplemente el medio de hacer a todos los hombres "hermanos, iguales y libres" en cierta imposible utopia que prometía pero que no otorgaba jamas. En el refugio  de sus logias el conspirador político encontraba los medios y los hombres para arribar a sus fines con seguridad. Los que ambicionaban cargos encontraban allí los medios para avanzar. El viejo espíritu de Socinus, insuflado en la fraternidad, y tan bien alimentado por los libertinos herejes de la Inglaterra y la Alemania del siglo XVII, y perfeccionado por los infieles del XVIII, era el dueño y señor en todas las logias. Banquetes, cantos atrevidos y bromas, regocijarse en el pecado, constituyó desde el principio una caracteristica primordial en su vida. Las logias se convirtieron en el hogar seguro del hombre taimado, del derrochador, del aventurera, del infiel y del depravado de las clases altas. Tan atractivos centros de pecado, por lo tanto, se expandieron sobre Europa con gran rapidez. Eran alentados no solo por Voltaire, sino por toda la camarilla de escritores ateos, filósofos, enciclopedistas, revolucionarios y corruptos. Los canallas de Europa encontraron conveniente empleo en ellas, y, antes de que pasaran veinte años desde su primera introducción, las logias eran un poder en Europa; formidable por la union que subsistia entre todas ellas, y por la riqueza, posición social y falta de escrúpulos de aquellos que formaban la hermandad. Los principios de moda, y en realidad los únicos tolerados, entre ellos, fueron los de Voltaire y de su escuela, que a su debido tiempo condujeron a la unión y al "iluminismo" ("illuminism") de la masoneria.


V.- LA UNION Y EL "ILUMINISMO" 
DE LA FRANCMASONERIA 

     Con la ayuda de Voltaire y de su partido, la francmasoneria pronto se expandió entre las clases mas altas de Francia y en todas las otras partes de Europa la influencia de los infieles franceses se extendió, obteniendo pronto un inmenso poder de unión y de Propaganda. En Francia y en todas partes tuvo un mandato inglés, uno escocés y uno local. Estas ramas tenian constituciones separadas, asi como oficiales separados y aun grados distintos; pero todas eran en esencia idénticas y tenian el mismo objetivo. Un hermano en una de ellas era un hermano en todas las des. Sin embargo, les parecia a los lideres que aun era necesaria una mayor unidad, y ayudados por la adhesión del Duque de Chartres, luego mejor conocido como Duque de Orleans, el infame Felipe-Igualdad, que fue Gran Maestre del cuerpo masónico escocés en Francia, a causa de que los masones franceses que obedecian a la rama inglesa deseaban tener independencia de la logia madre de Inglaterra, se separarón y eligieron al Duque primer Gran Maestre de la desde entonces celebrada Gran Oriente de Francia.    .
     Dos años despues de esto, las excecrables logias "androginas" para mujeres fueron establecidas y tuvieron como Gran Maestre sobre todas ellas a la Duquesa de Borbón, hermana de Igualdad. Los infieles, dando cabida en las logias a las mujeres, obtuvieron inmensa influencia, que de otra manera nunca hubieran conseguido. De esta manera invadieron el circulo doméstico de la Corte de Francia y de cada Corte de Europa. De esta manera, tambien los edictos reales, los decretos de Clemente XII y Benedicto XIV contra la francmasoneria, y los esfuerzos de los funcionarios concientes, se volvieron completamente inútiles. Después de la muerte de Voltaire, la extensión de la francmasonería se hizo alarmante; pero el esfuerzo de ningún Estado pudo ya detener su progreso. Diariamente se hizo más poderosa y más corrupta. Comenzaba ya a extender su influencia dentro de cada organismo del Estado. La promoción en el ejército, en la armada, en los puestos públicos en la justicia y aún la obtención de los jugosos beneficios "in commendam" de la iglesia, se hicieron imposibles sin su ayuda (Antes de la celebrada "convención" (Las reuniones de las logias se llaman en la jerga masónica "Conventos" o "tenidas") de Wilhelmsbad hubo un completo entendimiento entre los francmasones de los varios países católicos de Europa Continental. Esto se manifestó en las horribles intrigas que llevaron a la supresión de la Compañía de Jesús en Francia, España; Portugal, Alemania y Nápoles; y que finalmente compelió a Clemente XIV a disolver el gran cuerpo por decisión eclesiástica. No hay duda de que los jesuitas tuvieron muy potentes enemigos en los jansenistas, los galicanos; y otros cuyo espiritu partidario y sus celos fueron más fuertes que su sentido de la verdadera bondad de la religión. Pero sin las inescrupulosas intrigas de la camarilla de los infieles volterianos agrupados en una activa y compacta liga por la recientemente desarrollada francmasoneria, la influencia de los cristianos hostiles a la orden nunca podría haber efectuado una supresión tan completa y tan general. Las logias anglicanas, debemos recordar, aparecieron en España y Portugal tan pronto como en Francia. Una fue inaugurada en Gibraltar en 1726, y una en Madrid en 1727. Esta última rompió con la logia madre de Londres en 1779, y fundó logias en Barcelona, Cádiz, Valladolid, y otras ciudades. Habia varias logias activas en Lisboa ya en 1735. El Duque de Choiseul, un francmasón, con la ayuda de la abominable Pompadour, la querida del todavía más abominable Luis XV, tuvo éxito en hacer expulsar a los jesuitas de Francia. Se puso éste a la tarea, luego, de influenciar a sus hermanos masones, el Conde de Aranda, Primer Ministo de Carlos III de España, y el infame Carvaiho-Pombal, el alter ego del débil rey de Portugal, para que se hiciera el mismo trabajo en los estados católicos de sus respectivos soberanos. El Marqués de L'Angle, un francmasón francés ateo, y amigo de Choiseul, escribe lo siguiente acerca de De Aranda: "El es el único hombre del que España puede estar orgullosa en este momento. Es el único español de nuestros días a quien la posteridad recordará. ¡El es a quien la posteridad colocará en el frente de todos sus templos, y cuyo nombre cincelará en su escudo junto con los de Lutero, Calvino, Mahoma, William Pena y Jesucristo¡ El fue quien quería vender los ropajes de los santos, la propiedad de las vírgenes, y convertir, la cruz, los candelabros y patenas, etc., en puentes, y posadas, y carreteras principales".
     No podemos sorprendemos ante lo que Aranda intentó después de este testimonio. Conspiró con Choiseul para falsificar una Carta como si fuera del General de los Jesuitas,. Ricci, que tenía el propósito de probar que la madre del Rey era una adúltera, y que el Rey no tenía derecho al trono Español. En secreto, por tanto, se obtuvo una orden del débil monarca, y en determinado día y hora, los jesuitas de 'todas partes de los dominios hispánicos fueron arrastados de sus Casas, colocados en barcos y arrojados a las costas de los Estados Pontificios en condiciones de absoluta destitución.' Una calumnia asimismo de atroz e infundada hizo que Pombal pudiera infligir peor castigo aún a los jesuitas de Pórtugal y sus dependencias); y en ese preciso momento, cuando la fortuna política de Franciá llegaba, por muchas razones, a un estado desesperante, ocurrieron dos acontecimientos que hicieron a la corrupta francmasonería todavía más formidable. Estos fueron el advenimiento del iluminismo de Saint Martín en Francia, y el de Adam Weishaupt en Alemania, y la creciente corrupción introducida principalmente por intermedio de las mujeres francmasonas. Un judío portugués, llamado Martínez Pasqualis, fue el primero en introducir el iluminismo en la Logia de Lyons, y su sistema fue luego perfeccionado en maldad por Saint Martin, de quien el iluminismo francés tomó su nombre. "Iluminismo" significaba el punto extremo de la inmoralidad, del ateísmo, de la anarquía, de la nivelación y el derramamiento de sangre a que los
principios de la masonería podían ser llevados. Significaba una conspiración universal contra la Iglesia y el orden establecido. Constituía un grado de progreso para todas las logias, y ayudó poderosamente a hacer de ellas el centro de intrigas revolucionarias y de manipulación política en que se convirtieron en las manos de hombres que al mismo tiempo estaban hundidos en el ateísmo y en la corrupción moral.
     Se puede obtener una idea de lo que eran estas logias de una descripción hecha por M. Le Marquis de Lefroi acerca de la de Ermanonville en Dictionaire des Erreurs Sociales, citado por Deschamps, vol. II, página 93.
     "Es sabido" -dice- "que el Castillo de Ermanonville pertenecientes al gentilhombre Girardin, a cerca de cinco kilómetros de París, fue una frecuente guarida del iluminisno ("Iluminismo" doctrina de los "illuminati": Sociedad secreta fundada por Weishaupt en 1776, que sostenía principios deístas y republicanos, y organizada a la manera de los francmasones. N. del T.). Se sabe que allí, cerca de la tumba de Jean Jacques y bajo el pretexto de volver a los hombres a la naturaleza, reinaba la más absoluta disolución de las costumbres. Nada puede igualar la torpeza moral que reinaba entre la horda de Ermanonville. Cada mujer admitida en los misterios era común a los hermanos y era entregada a las suertes o a la elección de estos verdaderos "adamitas". Barruel en sus Memoires sur le Jacobinisme, vol. IV, p. 334, dice "que M. Leseure, el padre del heroe de La Vendee, habiendo estado afiliado a una logia de esta clase y habiéndola abandonado por remordimientos de conciencia, fue envenenado poco después de haber hecho abandono de ella." El mismo le declaró al Marques de Montron que habia caido victima de "esa infame horda" de los "iluminati". El iluminismo de Saint Martin fue simplemente un avance en la intensidad de la inmoralidad, del ateismo, del secreto y e1 terror, que ya reinaba en las logias de Francia. El iluminismo planeaba medios más profundos para obtener la revolucion y provocar la destrucción. Se convirtió en sus ocultas profundidades en una guarida en la cual los ateos de la época podian madurar sus planes para derrocar el orden de cosas existente para su propio beneficio. Se daba a si mismo cautivantes nombres. Sus miembros eran "Caballeros de Beneficencia", "Buenos Templarios", "Caballeros de San Juan", etc. Tenian, sin embargo, entre ellos, a los más activos, atrevidos e inescrupulosos miembros de la Masoneria, y se pusieron a trabajar para dominar y controlar a toda la institución. No tenian sistema, lo mismo que cualquier otra clase de masones, para darle al mundo en lugar del que estaban determinados a derrocar. El estado natural, riquezas y los sexos en común, ausencia de Dios, y en lugar de Dios el odio por cualquier cosa que sostuviera la idea de Dios, formaban la suma total de la felicidad que ellos deseaban ver en un mundo en el cual la gente estaria reducida a un nivel  que recordaría el del ganado salvaje en las praderas americanas. Este era el iluminismo, la iluminacion a que ellos destinaban a la humunidad; sin embargo fue tal el capricho que inspiraron por sus doctrinas inmorales que nobles, principes y monarcas de la época, incluyendo a Federico II de Prusia, y al tonto Jose II de Austria, admitido a parte de sus secretos, fueron las herramientas y las victimas, y aún los complices, de estos infames conspiradores. 


VI.- EL ILUMINISMO DE ADAN WEISHAUPT

     Pero el iluminismo de Lyons estaba destinado a poseer pronto un dominio mundial e inerradicable sobre la masoneria del mundo por medio de un adepto mucho más habilidoso que Sain Martin o qualquiera de sus asociados. Este fue Adan Weishaupt, un profesor de derecho canonico de la universidad de Munich. Detendré a Uds. un poco para considerar a este remarcable individuo que, más que ninguno de los ateos que han surgido de la masoneria, ha sido la causa del exito de ésta en el control del destino de los pueblos desde su opoca. Si no hubiera existido Weishaupt, la masoneria hubiera cesado de ser un poder después de la reacción consecuente a la primera Revolución Francesa. El le dio una forma y un caricter que causó que sobreviviera a tal reaccion, que le dio energias duraderas hasta nuestros dias, y que causaria que avance hasta que su conflicto final con el cristianismo deba determinar si Cristo o Satan reinarán en esta tierra hasta el final.
     La voluntad de Voltaire para hacerles daño a Dios y al hombre era tan fuerte coma la de Weishaupt. Sus discipulos, D'Alembert, Diderot, Damilaville, Condorcet y el resto, estaban tan completamente determinados como el lo estaba a erradicar el cristianismo. Pero ellos deseaban en su lugar un sistema con solo una mitigada antipatia por la monarquia, y que podrian haber tolerado par largo tiempo a reyes tales como Federico de Prusia, y a Emperatrices tales como Catalina de Rusia. Pero el odio por Dios y toda forma de culto, y la determinación de fundar una república universal al estilo del comunismo, era, de parte de Weishaupt, un sentimiento arraigado. Poseyendo un raro poder de organización, una educacion legal que hiciera de é1 un maestro prominente en la mas alta facultad, un conocimiento amplio de los hechos y las cosas, un comando de sí mismo, una reputación, extrema de moralidad y, finalmente, una posición calculada para ganar discípulos hábiles, Weishaupt empleó durante cincuenta años, después de la muerte de Voltaire, su vida entera y sus energías para realizar el trabajo único de perfeccionar las asociaciones secretas para llevar a cabo, por medio del engaño profundo, y por la fuerza cuando esta resultaba práctica, la ruina del orden existente en la religión, en la civilización y en el gobierno, con el objeto de colocar en su lugar su propio sistema del ateísmo y el socialismo. 
     Encontró la masonería contemporánea bien adaptada a sus fines. Su objeto era extenderla tan lejos como fuera posible como un medio para seducir hombres y alejarlos del cristianismo. Bien sabía él que la masonería y la Iglesia estaban en mortal conflicto, y que, desde el momento en que un hombre se convertía en masón, al instante era penado con la excomunión, perdía la gracia de Dios, se colocaba en un estado de hostilidad hacia la Iglesia, cesaba de hecibir los sacramentos, se constituía en estado de rebelión, enajenaba su libertad a superiores desconocidos, hacía un horrible juramento —tal vez muchos— de no revelar los secretos en ese momento o en cualquier otro posterior y comprometerse a mantenerlos, y, finalmente, se colocaba a sí mismo entre hombres que estaban todos en su misma posición en cuya sociedad era posible para los astutos discípulos de Weishaupt llevarlos aún más lejos en el camino de la ruina.
     La mira de Weishaupt, entonces, era atraer a los hombres a la masonería, en el grado más bajo. El mal obtenía entonces una ganancia inmediata. Pero, un hombre, aunque pertenezca a la masonería, puede no estar dispuesto a convertirse en ateo y socialista, por lo menos durante un tiempo. Puede tener en su corazón la profunda convicción de que existe un Dios y conservar cierta esperanza de retornar a ese Dios, a la hora de su muerte o antes. Puede él haber entrado en la masonería con propósitos ambiciosos, por motivos de vanidad, por mera ligereza de carácter. Puede él continuar sus plegarias y rehusarse, si es católico, a negar a la madre de Dios y ciertas prácticas piadosas amadas desde la niñez.
     Pero la masonería es un sistema capital para desarraigar gradualmente a un hombre de todas estas cosas.
     No niega inmediatamente la existencia de Dios, ni ataca enseguida los sacramentos cristianos. Comienza por darle a la idea cristiana de Dios un pequeño, y bajo la apariencia de respetó, casi imperceptible sacudón. Jura en el nombre de Dios en todos sus votos. Lo llama, sin embargo, no un Creador sino un arquitecto —el Gran Arquitecto del Universo. Cuidadosamente evita toda men- ción de Cristo, de la Adorable Trinidad, de la Unidad de la Fe, o de cualquier fe. Hace protestas de respeto por las creencias de cada hombre, por el idólatra 'parsee" (Seguidor de Zoroastro. N. del T), por el mahometano, por el hereje, por el cismático, por el católico. Poco a poco da, en grado mayor, un duro golpe a la creencia en la Deidad y una gradual inducción en favor del naturalismo. Esto lo hace gradual, pero efectivamente.
     Ahora, para un hombre que meditara en los vastos designios de destrución social y religiosa contemplados por Weishaupt, la masonería, especialmente la masonería de su época, era el medio más efectivo que se pudiera concebir. Por lo tanto él introdujo en medio de ella a sus discípulos, bien versados en cuanto a su propio sistema. Estos consistían en tres clases, cada clase con sus subdivisiones, y todos ellos con altos grados en la masonería. La primera clase de "illuminati" era la preparatoria. Consistía, en dos grados, a saber: el grado de novicio y el grado de minerval. Los minervales formaban el gran cuerpo de la orden y estaban bajo la dirección de ciertos jefes que estaban sujetos ellos mismos a otras agencias invisibles para aquellos a los que ellos mismos instruían. Weishaupt instruía a los maestros de los minervales para que propusieran cada año a sus discípulos algunas cuestiones interesantes, para que ellos escribieran sobre temas calculados para difundir la impiedad entre los pueblos tales corno obras burlescas sobre, los salmos, pasquinadas sobre los profetas y caricaturas de los personajes del viejo testamento a la manera de Voltaire y su escuela. Es sorprendente con qué exactitud estos minervales siguieron las instrucciones de Weishaupt hasta nuestros días. En este momento, en Londres, ante los ojos de Lord Chancellór, (Titulo de un funcionario inglés que es el más alto juez, y que preside la Cámara de los Lores y una división de la Suprema Corte) panfletos con ilustraciones ridiculizando a David, "el hombre amado de Dios", son publicados semanalmente. Uno de estos, que se me hizo Ilegar en un lugar público, tenia una ilustracion representando al "acobardado Monarca de Judea", con una cabeza humana recien cortada en una mano, y la espada que habia llevado a cabo la hazaña en la otra. Otra lo representaba en el medio de un número de ridículas figuras que esteban bailando. De esto podemos juzgar fácilmente que la masoneria iluminada esta trabajando en algun lugar de Londres como en todo lugar y que la jefatura de la masoneria es ciega a los excesos de la rama de los iluminados, exactamente como ocurrió en Francia unos años antes de la Revolución Francesa. Ahora bien, estos Minervales, se manifestaran lo que los masones alemanes llamaban inclinaciones "religionarias" podrian recibir los tres primeros grados masonicos, pero no lograrian ser promovidos más alla de ellos al iluminismo. Quedaban relegados asi a la masa de las masonerias, que era util en muchos sentidos para el movimiento; pero nunca lograrian que se les confiara el verdadero secreto. El maestro disimuladamente, tenia la orden de alentar, pero no de aplaudir publicamente, las blasfemias de que los minervales hacian uso en sus ensayos. Los discipulos habian de ser llevados, aparentemente por si mismos, por el camino de la irreligión, la inmoralidad, el ateismo, hasta que estuvieran maduros pare ser promovidos en el camino del mal. Finalmente, en los grados avanzados del lluminado Mayor. y Menor, y en los de Caballero Escoces y Epopte o Sacerdote, se les confiaba todo el secreto de la Orden como sigue, en el discurso del iniciador.
     "Recordad" —decia éste- que desde las primeras invitaciones que os hemos hecho, con el objeto de atraerlos a nosotros, hemos comenzado por deciros que en los proyectos de nuestra orden no entraba designio alguno contra la religión. Vosotros recordais que tal aseveración os fue hecha cuando fuisteis admitidos en las filas de nuestros novicios, y que os fue repetida cuando entrasteis en nuestra Academia Minerval. Recordad también cuanto, desde los primeros grados, os hemos hablado de moralidad y virtud, pero al mismo tiempo cuanto, los estudios que os hemos prescripto y las instrucciónes que os hemos dado, mostraron a la moralidad y a la religion independientes de toda religion; cuanto nos hemos preocupado por haceros comprender, al mismo tiempo que os haciamos el elogio de la religión, que no era más qua esos misterios y ese culto degenerado en manos de los sacerdotes. Vosotros recordais con qué arte, que simulado respeto, os hemos hablado de Cristo y su Palabra; pero en los grados más altos del iluminismo, de Caballero Escocés y de Epopte o Sacerdote, cómo hemos formado de la palabra de Cristo nuestra palabra de la razón, y de su moralidad la moralidad de la naturaleza, y de su religión la de la naturaleza; y de la religion, de la razón, de la moralidad y de la naturaleza, hecho la religión y la moralidad de los derechos del hombre, de la igualdad y de la libertad. Recordad que mientras se os insinuaba las diferentes partes de este sistema, hemos causado que estas ideas brotaran de vosotros como si fueran vuestras propias opiniones. Nosotros os hemos colocado en el camino; vosotros habéis respondido a nuestras preguntas mucho más de lo que nosotros lo hemos hecho a las vuestras.
     Cuando demandamos de vosotros, por ejemplo, que nos dijerais si las religiones de los pueblos respondian a los fines por los cuales los hombres las habian adoptado: si la religion de Cristo, pura y simple, era la que las diferentes sectas profesaban hay en dia, sabiamos bien que esperar. Pero era necesario saber hasta que punto habiamos tenido exito en hacer que nuestros sentimientos germinaran en vosotros. Hemos tenido que haceros superar muchos prejuicios antes de ser capaces de persuadiros de que la pretendida religion de Cristo era nada más que el trabajo de los sacerdotes, de la impostura y de la tirania.
     Si esto es asi con esa religión tan proclamada y admirable ¿que hemos de pensar de otras religiones? ¡Comprended, entonces, que todas ellas tienen las mismas ficciones como origen, que todas ellas están igualmente fundadas en la mentira, el error, la quimera, la impostura: Guardad nuestro secreto!
     Las vueltas y contravueltas que fue necesario hacer; los elogios que fue necesario hacerles a las pretendidas escuelas secretas; la fábula de los francmasones como poseedores de la verdadera doctrina; y de nuestro iluminismo siendo el solo heredero actual de estos misterios, no os van a asombrar ya nunca más. Si, con el objeto de destruir a toda la cristiandad, a toda religion, hemos pretendido tener la verdadera religion, recordad que el fin justifica los medios, y que el sabio debe tomar todos los medios para hacer el bien, mientras que el malvado los usa para hacer el mal. Aquellos medios de que nos hemos valido para libraros a vosotras, aquellos de que nos valemos para librar un día a la raza humana de toda religión, no son más que un fraude piadoso que nos reservamos revelar un día en el grado de Magus o Filósofo Iluminado". Segur: Le Secret de la Franc-Maçonneric, Pág. 49.

     El trozo precedente servirá para mostrar al lector qué clase de hombre era Weishaupt, y las cualidades de las enseñanzas que inventó. Su organización, para perfeccionar la cual estudió profundamente la constitución de la entonces suprimida Compañía de Jesús, contemplaba colocar el hilo conductor de toda la conspiración (destinada a ser controlada por los «iluminati") en las manos de un solo hombre, asesorado por un pequeño consejo. Los iluminati tenían que estar en la masonería y ser de la masonería, con el objeto de moverse entre sus miembros secretamente. Estaban tan bien entrenados que podían dominar la situación en cualquier forma de sociedad secreta y así hacerla servir los fines de su propio jefe. La fidelidad de los iluminati a su jefe fue perfeccionada por medio del más severo y complejo sistema de espionaje. El jefe mismo estaba seguro por su posición, su largo entrenamiento y su consejo que trabajaba en este sentido. Ocurría entonces que, no importa cuán importante la posición o el puesto de funcionario obtuviera un illuminati, tenía éste que subordinarse a los objetivos generales de la orden.
     Weishaupt, después de ser privado de su cargo de profesor de Bayana, encontró asilo con el príncipe de Coburgo Gotha, donde vivió con honores, afluencia y seguridad hasta su muerte en 1830. Continuó toda su vida siendo el jefe de los illuminati y este hecho puede explicar, en gran medida, la fidelidad con la cual los illuminati de la Revolución, del Directorio, del Consulado, del Imperio, de la Restauración y de la Revolución de 1839 invariablemente llevaron a cabo su programa de conspiración perpetua para obtener los resultados que Weishupt tenía planeados. También puede explicar la extraña vitalidad del espíritu de los iluminatis en Italia, Suiza, Alemania y España, y de su continuación a través de los "Iluminados" Nubius y Palmerston, los sucesores de

Weishaupt hasta nuestros días. Luego detallaremos esto.
     Pero, mientras tanto, echemos una mirada al primer paso de Weishaupt para reinar en la masonería a través de sus discípulos. Esto fue por medio de un llamado general al Consejo General de la Masonería, conocido como La Convención de Wilhelmsbad.

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