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sábado, 27 de diciembre de 2014

Lecciones de Santo Tomas de Aquino (2)

LA NATURALEZA DE LA APOSTASÍA
Santo Tomás S.T. 2-2, 12-1
Por el Dr. Homero Johas

     Enseñó San Juan: "Desde ese momento muchos de sus discípulos volvieron  atrás y se dejaron de andar con Él" (San Juan VI, 66). Sobre ellos diría Nuestro Señor: "Existen algunos entre ustedes que no creen". Por lo tanto la apostasía pertenece a la infidelidad.
   
     RESPUESTA:
     La apostasía implica un apartamiento de Dios. Esto ocurre de modos diversos, según los modos por los cuales el hombre está unido a Dios.
     Primero: Por la fe
     Segundo: Por la voluntad debidamente subordinada para obedecer los preceptos divinos.
     Tercero: Por otras cosas especiales, además de estas, como la vida religiosa, la clericatura y las órdenes sagradas.
     Por lo tanto, si alguien se aparta de Dios apartándose de la vida religiosa que profesó, o del orden que recibió, a esto se le llama apostasía de la religión o del Orden.
     Ocurre también una apostasía de la mente, cuando se rechazan los Mandamientos divinos.
     Existiendo estas apostasías dichas puede el hombre aun permanecer unido a Dios por la fe.
     Pero, si se separa de la fe, se separa interiormente de Dios.
     Por lo tanto, de modo simple y absoluto, se llama apostasía pérfida aquella por la cual el hombre se separa de la fe.
     Así de este modo, esta apostasía pertenece simplemente a la infidelidad.

OBJECIONES
1.- LA VOLUNTAD CONTRA LOS MANDAMIENTOS
     Parece que la apostasía no pertenece a la infidelidad, pues, lo que es el principio del pecado no pertenece a la infidelidad, dado que existen muchos pecados sin infidelidad. Así parece que la apostasía es el principio de todos los pecados por cuanto está escrito: "Apostatar de Dios es el inicio de la soberbia del hombre". Y "La soberbia es el inicio de todo pecado" (Eccl. X, 14-15). Por lo tanto la apostasía no pertenece a la infidelidad.

RESPUESTA:
     Esta objeción procede de la segunda especie de apostasía. En todo pecado mortal hay una voluntad contraria a los mandamientos de Dios.

2.- APOSTASÍA DE LA FE
     La infidelidad está en el intelecto. La apostasía parece que consiste más en la obra externa, en la palabra, o en la voluntad interior. Pues está escrito: "El apostata es un hombre inicuo; anda con perversidad en la boca, guiña los ojos, hace seña con los pies, habla con los dedos. En su corazón habita la perversidad; urde el mal en todo tiempo y siembra discordias" (Prov. VI, 12-14). Será juzgado apostata también quien se circuncide, o quien adore el sepulcro de Mahoma. Luego la apostasía no pertenece de modo directo a la infidelidad.

RESPUESTA:
     Pertenece a la fe no solo el creer en el corazón, sino también manifestar la fe interior por las palabras y actos exteriores, pues confesar la fe es un acto exterior de fe. por lo tanto pertenecen también a la infidelidad el modo de obrar y ciertas palabras y obras exteriores, en cuanto son señales de infidelidad, así como las señales de salud son de los sanos. El término de apostasía ahora puede ser entendido de toda apostasía, pero conviene de modo perfecto a la apostasía de la fe. Pues la fe es el primer fundamento de las cosas que se esperan, y sin ella, es imposible agradar a Dios (Heb. XI, 16). Pues retirada la fe, nada permanece en el hombre de utilidad para la salvación eterna. Por eso se dice que el apostata es un hombre inicuo.

3.- LA AGRAVANTE DE LA INFIDELIDAD
     La herejía que pertenece a la infidelidad es una especie de infidelidad. Así la apostasía también pertenece a la infidelidad, también es una especie de infidelidad. Lo que no parece ser por lo que fue dicho antes (q. 10, a. 5). Por lo tanto la apostasía no pertenece a la infidelidad.

RESPUESTA:
     La especie de una cualidad o forma no es determinada por el término "a quo", o "ad quem" de un movimiento, sino es definida por los términos del movimiento. La apostasía ve a la infidelidad como un movimiento "ad quem", por el apartamiento de la fe. Por lo tanto no implica una especie de infidelidad, sino en una circunstancia agravante, conforme escribió San Pedro "Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia, que renegar después de conocerlo" (2 Pedro, II, 21).
     La fe es la vida del alma: "El justo vivirá por la fe" (Rom. I, 17) Así como retirandose la vida corporal, los miembros se apartan de la posición debida de las partes de los hombres, así retirada la vida de la Justicia que existe por la fe, aparece el desorden de los miembros: primero en la boca por la cual el corazón del hombre se manifiesta; segundo en los ojos; tercero en los instrumentos de los movimientos; cuarto en la voluntad tendiente al mal. De ahí se sigue las disensiones con la intención de separar a los otros de la fe, como él mismo se ha separado.

COMENTARIOS
     Notese como Santo Tomás coloca la apostasía a la: "mente que rechaza los preceptos divinos". Los acéfalos no quieren el mandamiento divino por el cual los fieles deben de elegir un Papa.
Traducción:
R.P. Manuel Martínez Hernández
COETUS FIDELIUM
N° 8 agosto 2013

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